Lázaro
Cárdenas, Mich.- Las circunstancias
perfilan al 2018 como el año en que Lázaro Cárdenas puede iniciar una nueva
etapa de despegue social, a condición de que los gobiernos estatal y municipal
pongan finalmente en claro ante la población los proyectos de mejoramiento de
la ciudad y sus tenencias que efectivamente puedan concretarse de aquí a los
próximos tres años, para que la sociedad municipal pueda involucrarse, darles
seguimiento y exigir su avance y cumplimiento.
Hasta
ahora, las exposiciones oficiales sobre el mejoramiento de Lázaro Cárdenas son
una mezcla confusa e incomprensible de planes y proyectos que solo han
constituido un discurso cada vez más devaluado ante obras olvidadas,
compromisos incumplidos y desvinculación entre gobierno y ciudadanos.
Ya
lo han dicho expertos externos: Lázaro Cárdenas es uno de los municipios más
productivos del país, pero donde se sufren los estragos de una menor calidad de
vida, falta de infraestructura, inclusión y ausencia de una articulación entre
los entes poderosamente productivos de la zona, que bien pueden crear una
economía doméstica que dispare el crecimiento del comercio, los servicios, el
turismo y el desarrollo de su sociedad.
Es más
necesario que nunca, y diríamos que hasta urgente, que se entienda
responsablemente la desproporción existente entre una sociedad local vulnerable
y la exitosa plataforma de empresas aquí asentadas; desproporción que los
gobiernos de los tres nivel no han atinado en corregir.
La
Ciudad de Lázaro Cárdenas, tenencias como la de Playa Azul, la franja costera
municipal y comunidades del entorno se encuentran en el olvido, el deterioro y
la desesperanza, porque no hay proyecto para su desarrollo que realmente llegue
a concretarse.
Es
indispensable, por tanto, que los
gobiernos municipal y estatal encaren la realidad y separen el discurso
futurista de lo que realmente pueden y no pueden hacer en base a proyectos
definidos, posibles y alcanzables.
El
compromiso con la claridad debe ser su premisa y la ruta de respuesta a una
población cardenense que aspira justificadamente a un entorno habitable de
mucha mejor calidad y oportunidades, amigable con el medio ambiente y las
inversiones, y que está dispuesta a involucrarse con mayor participación y
organización, a condición, como ya se dijo, de que se le ofrezca con veracidad
la perspectiva real de su futuro inmediato y no solo retazos de planes que solo
constituyen un discurso y, con suerte, solo buenos propósitos.