Lázaro
Cárdenas, Mich.- La definición de las
elecciones en Lázaro Cárdenas ubicará a Itze Camacho Zapiein como la primera
mujer al frente de la vida política de uno de los municipios más singulares y
trascendentes del país. Y lo hace, como
ella lo ha declarado, cobijada por el indudable interés que el virtual
presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, concederá a la zona
conurbada del bajo Balsas, donde se asienta uno de los más importantes accesos
marítimos internacionales del continente, la primera de las zonas económicas
especiales del país y una poderosa plantilla industrial.
Y
por ese interés de López Obrador en Lázaro Cárdenas, que resulta lógico esperar
dado el potencial y proyección de esta zona michoacana y guerrerense, es que el
próximo gobierno municipal de Lázaro Cárdenas estará más exigido que ninguno
otro para responder a lo que eventualmente pueda significar ese respaldo
federal que por tanto tiempo ha esperado este municipio para salir de su rezago
social, infraestructural y de servicios.
Pero,
además, para que Lázaro Cárdenas se convierta en el socio competitivamente
calificado del propio puerto y de la zona económica especial, con la idea de
fortalecer su atractivo para las inversiones y
todas las ventajas que de ellas provengan para beneficio de la población
de esta deprimida región que comprende también la olvidada Costa de Michoacán.
Así
que lo menos que se puede esperar es que la nueva administración que encabezará
Itze Camacho mantenga la mejor estabilidad y armonía política en el municipio,
el concurso decidido de todos los sectores de la sociedad cardenense, la mayor
eficiencia del gobierno local y las señales inequívocas de que el ayuntamiento
y su equipo son merecedoras de la amplia confianza depositada en sus
integrantes.
Conviene
recordar que, independientemente de los muchos factores que entraron en juego
en la pasada elección, Lázaro Cárdenas se muestra, finalmente, como lo que es:
una sociedad diversa y plural, como lo expresó el resultado de las preferencias
electorales, y como lo demuestra la propia comunidad en lo cotidiano;
diversidad que, no obstante, tiene una expectativa central y unánime:
consolidarse de una buena vez como el lugar de progreso y bienestar que fue concebido
desde su origen, a finales de los sesentas y principios de los setentas.
Después
de casi medio siglo de trabajo incansable, de esfuerzos, de sacrificios y de
esperanzas rotas, Lázaro Cárdenas espera ahora que tal objetivo, convertido en
un anhelo constante, se convierta finalmente en realidad.
-o0o-
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