lunes, 27 de junio de 2016

“Secundino” permanece veladamente como ícono de LZC


LZC, Mich.-  El “cocodrilo” que aparece en esta fotografía fue, o es, ícono de la Ciudad Portuaria de Lázaro Cárdenas; símbolo que ha sido adoptado en diferentes épocas, por diversas instituciones y con distintos nombres, pero que tiene un origen que actualmente está casi olvidado. Esta es su historia:

Allá por 1980, cuando apenas iniciaba la Segunda Etapa de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas (SICARTSA), obreros que maniobraban en los esteros vírgenes de esa área se toparon con un enorme saurio, el más grande que habían visto de todos los que abundaban en esa zona.

La práctica entonces era regresar a los saurios capturados a esteros más alejados, pero en esa ocasión se formó un improvisado cónclave de técnicos, obreros y directivos de la Primera Etapa de la siderúrgica, ya en operación desde 1976, y reflexionaron que sería conveniente adoptar un símbolo para identificar no solo a la comunidad de SICARTSA sino, quizás, a toda la ciudad.

Deliberaron toda una mañana y decidieron bautizar al cocodrilo como “Secundino”, por haber sido descubierto en la “Segunda” Etapa de SICARTSA.  Llamaron entonces al editor de un bisemanario mural informativo de la empresa titulado “El Yunque”, que informaba sobre todos los acontecimientos de interés para la población trabajadora de la acerera.

Así que “El Yunque” apareció a la siguiente mañana pegado en prácticamente todas las áreas de la empresa con un título a cuatro columnas, que era la extensión máxima del tabloide: “SECUNDINO CAPTURADO”.

El texto atrajo no solo el interés de toda la comunidad de SICARTSA, sino que despertó tal simpatía por el saurio, que se determinó construir un estanque especial para “Secundino”, a donde trabajadores y familias pudieran ir a conocerlo y luego visitarlo frecuentemente.

No se sabe exactamente que pasó después. Al parecer, “Secundino” escapó una noche en dirección del río Balsas y nadie jamás volvió a verlo, pero dejó su recuerdo por largo tiempo, sobre todo porque, incluso, algunos dos o tres equipos deportivos de los muchos que conformaban las ligas internas de futbol y beisbol decidieron adoptar su nombre y su figura.

Con el tiempo nacieron otros íconos para Lázaro Cárdenas, como el de la tortuga o el de las llamadas “quijas”, una especie de pequeñas e inofensivas salamandras que también son profusas en Lázaro Cárdenas. Pero el inconsciente colectivo mantuvo presente a “Secundino”,  al famoso cocodrilo, aunque ya con otros nombres.

Es posible que el cocodrilo de la fotografía de referencia, perteneciente al acontecimiento deportivo organizado este fin de semana por la Administración Portuaria Integral de la localidad ¡Qué Padre Ciclotón!, sea una reminiscencia de “Secundino” el símbolo que se niega a morir.


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